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miércoles, 12 de junio de 2013

maldito paso del tiempo.

Ocho meses. Ocho putos meses desde uno de los días más felices de mi vida. Escribo esto solo para desahogarme sin ningún propósito ni intención de que alguien que me conozca vea o lea esto. Hoy ya es doce de junio, y echando una vista atrás veo tan lejos, pero a la vez tengo el momento tan grabado en mi mente que parece que fue ayer el doce de octubre cuando le bese por primera vez mientras como dos tontos nos mirábamos a los ojos con mi película favorita sonando de fondo aún sabiendo que él la odiaba con todas sus fuerzas. Todavía no puedo creer que ya no estemos juntos, que ya todo ha acabado, que decenas de chicas han pasado por sus labios después de que yo los besara por última vez. Y para que mentir, también he besado otros labios, pero ¿por qué ninguno se parecía en lo más mínimo a los suyos? No he conocido una boca tan perfecta como la de él. Quizás lo diga porque sigo esperando el momento de poder volver a, al menos, rozarlos; aún sabiendo que ese momento nunca llegará. Que ya me lo advirtieron, que es más fácil prevenir que curar, pero me gustan las cosas difíciles y finalmente me ha tocado curar las heridas que todavía siguen en carne viva. Pero, ¿qué podía hacer yo si era su niña pequeña?, las niñas pequeñas no pueden controlar sus sentimientos, y yo tampoco pude. Que pasé de ser 'lo que más quería' a un 'no te quiero, deje de quererte ya hace algunos días..' . Pero solo me queda lamentar que se fue de mi lado, y esperar a que llegue alguien al que logre querer al menos la décima parte de lo que le quise a él. Por supuesto le deseo lo mejor y que encuentre a su amor de verdad, que con que le quiera un cuarto de lo que yo lo hice, les valdrá para ser felices. LMA.

jueves, 27 de octubre de 2011

Atrás en el tiempo.

Y por que no? Poder volver atrás volver a un veinte y tres de julio, el primer día en el que sentía que podría ver tu cara, tus labios y poder besarlos.. podría ser mi oportunidad y lo fue.. esa noche del veinte y tres junto a ti.. me gustaría que inventaran una máquina del tiempo para poder volver allí.. y no soltarte nunca.. para evitar lo que está pasando ahora.. treinta kilómetros entre tu y yo.. que no se vayan las horas contigo, que no se vayan esos besos, esos abrazos, esos momentos a tu lado resguardandome del frío de la noche. Por qué sabes que? No se han ido las ganas de verte. Y ese veinte y cuatro? Esa despedida.. sentir que te vas de mi lado.. que no volveré a verte.. Ya ves.. un mes después de eso me sustituiste.. y ahora? ahora .. mi amigo.. pero si volviéramos atrás todo sería tan perfecto.. Pero a día de hoy .. ya no tengo miedo a la soledad.. Tú ya no me sirves de nada..

miércoles, 25 de mayo de 2011

Hasta ahora siempre he tenido miedo.

Siempre tuve miedo de decir lo que pensaba. De mostrar lo que verdaderamente sentía. Lo que cada día me corroía por dentro. Tenía miedo de lo que pudiera pensar la gente de mi. De lo que podrían vengarse. Lo que podrían reprocharme. Tuve miedo de mostrar mis sentimientos. De ser rechazada. De darme cuenta de lo que era el verdadero amor. Quizás miedo a fallar en el amor. Enamorarse de alguien y a cada momento echarle de menos. Miedo a la vida. Miedo a reír. Miedo a llorar. Miedo a la soledad. Miedo a la incertidumbre. Miedo a la nostalgia, a la melancolía. Miedo a fallar. Miedo a repetir errores. Miedo a vivir experiencias nuevas. Miedo a que me abandonaran. Miedo a que nadie me quisiera. Miedo a no poder controlar mis sentimientos, mis pensamientos, mis arrrebatos de locura, histeria o simplemente alegría. Miedo a que la persona a la que más amo la tenga que perder. Miedo a sentir que llega un final, el final del cuento, de la película, de la historia, del año, del mes o simplemente del día que llevo vivido. O tal vez el final de las relaciones, del amor o la amistad. Pero a día de hoy, puedo decir que ese miedo se está yendo. Es cierto eso que de lo único de lo que se aprende es de la experiencia de uno mismo. Ahora puedo decir feliz que, he reido, he llorado, he estado sola, he echado a alguien de menos, he fallado, y he vuelto a tropezar con la misma piedra, he aprendido de cada experiencia, me han abandonado, me han odiado, y también querido, y la verdad no he sabido controlar mis arrebatos, ni mis sentimientos, ni sabré controlarlos, pero de eso me siento orgullosa. Y sí el final del cuento, de la película, de la historia, de tantos años, tantos meses y tantos días inolvidables llegaron, y otros muchos que quedaran por llegar. El final de las relaciones, el amor y la amistad, llegaron y llegaran, por que el amor no es para toda la vida, y las amistades pocas lo son, pero todo llega a su fin; mi miedo, también.

domingo, 8 de mayo de 2011

Vale la pena intentarlo.

La real academia define la palabra imposible como algo que no tiene facultad ni medios para llegar a ser o suceder, y define improbable como algo inverosímil que no se funda en una razón prudente. Puestos a escoger a mi me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad, como a todo el mundo supongo. La improbabilidad duele menos y deja un resquicio a la esperanza, a la ética... Que David ganará a Goliat era improbable pero sucedió. Un afroamericano habitando la Casa Blanca era improbable, pero sucedió. Que los Varón Rojo volvieran a tocar juntos era improbable, pero también sucedió. Nadal desbancando del número uno a Federer, una periodista convertida en princesa, el doce uno contra Malta... El amor, las relaciones, los sentimientos, no se fundan en una razón prudente. Por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amores improbables. Porque lo improbable es, por definición, probable. Lo que es casi seguro que no pase, es que puede pasar. 
 Y mientras haya una posibilidad, media posibilidad entre mil millones de que pase, vale la pena intentarlo...

jueves, 21 de abril de 2011

Siento que ya no sirve de nada lo que hago. Que mi vida ya de poco sirve. Que si no me quiere, pues me jodo. Que si la quiere a ella, pues que le jodan. Que mi orgullo ya está suficientemente manchado. Que después de algún tiempo por ti es hora de que me prepare para comerme el mundo. Que se acabó en cachondeito. Que los rechazos de poco van a servir ya. Que una servidora no se queda otra vez llorando en un rincón por él. Que no, que ésta que está aquí va a pasar de su culo y va a sacar su mejor lado para comenzar a olvidar. Que dedicarte miles de lágrimas y la pérdida de un mes entero es demasiado mérito para ti monín. Que si pretendías que ésta que ves siguiera coladita por ti, la llevas clara. Por que se acabó tu éxito. Que las palmaditas en la espalda de poco sirven ya. Y que ni se te ocurra venir aquí de amigo. De aquél que no ha roto un plato en su vida. Que no. Que eso ya no te vale.

miércoles, 6 de abril de 2011

Amor.

Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser. Partiendo de su propia insuficiencia. Increíble. Que quiere decir eso? Que si no lo tienes más te empeñas en conseguirlo. Un poco de masoquismo no? No lo tienes, sabes que no puedes conseguirlo, para la otra persona no eres nada, pero aún así se sigue buscando, se intenta conseguirlo por todos los medios. Y aunque digan que quien la sigue la consigue, no siempre es así.  Por lo visto se busca el encuentro y unión con otro ser, pero nada dice, de que se encuentre a ese ser que tanto se necesita y busca. Y que sí, que hace más quién quiere, que quién puede. Pero a veces el que puede, hace más que él que quiere. O quizás simplemente sea porque el que quiere tiene miedo a ser superado por el que puede.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Mi Complice.

Mi Complice. La niña con la que más he reido. Más he llorado. Más he disfrutado de la vida. Más locuras he hecho. Más he sufrido. Más me he peleado. Más reconciliaciones he tenido. Con la que más momentos que nunca cambiaría por nada del mundo he tenido. Ella es maravillosa. Ella es irreemplazable. Ella es única. Ella es Paula Sánchez Nieto. Si tu te vas, yo me muero. Si tu no estás, yo no sé que haría. Si tu nunca hubieras existido en ésta, mi vida, no se que sería de ella. Supongo que lo mismo, pero faltaría esa esencia. Como llamarla. La esencia de mi complice. Para acabar sólo quiero darte la miles de gracias por existir. Enserio, gracias.